viernes, 28 de noviembre de 2014

Tu cara me suena Mini

Advertencia: La entrada de hoy es políticamente incorrecta y puede herir la sensibilidad de alguno/a.

Hace unos días que acabó un programa de televisión que por un motivo muy concreto nos vimos "obligados" a ver. El programa en cuestión era "Tu cara me suena Mini" y el motivo no era otro que la participación de una sobrina de A. (para ser más exactos, la hija de un sobrino de A.)

La cadena que lo emitía era Antena 3 (tranquilos, no hago publicidad, al revés, la pondré a parir) que, unido a su formato, composición de su jurado y otros menesteres hacía que seguirlo fuera un auténtico calvario.

Si no recuerdo mal, el programa empezaba a las 22:30 horas (un poco más tarde que el prime time ... que el prime time español, que es muy peculiar). Los más listos os preguntaréis "Si empezaba a esa hora y se trataba de Antena 3, ¿a qué hora acababa?" ¡Efectivamente!, esa es la pregunta. Yo aguanté dos programas hasta el final y puedo dar fe de que acababa a la 01:30 horas ... Vamos, que empezaba un jueves y acababa el viernes.

¿De qué se trataba el programa? Así, de forma resumida, podríamos decir que era un concurso en el que unos cuantos niños seleccionados según sus aptitudes musicales los criterios que tuvo a bien algún responsable del programa competían entre sí imitando a cantantes conocidos (no es eso sinónimo de buenos) y siempre acompañados de un adulto, que también era un famoso (o eso creo). Participaban, por ejemplo, María del Monte, Santiago Segura, Miki Nadal, Xuso Jones ... Cada semana, a los niños-participantes se les asignaba a lea to ria men te (no se lo cree nadie) el cantante o grupo a imitar. Así, a una niña "mu grasiosa" y "mu salerosa" siempre le tocaba imitar a folclóricas (solo una vez le tocó una canción en inglés).

Además de la sobrina de A., algunos de los participantes eran:

Unax: Este niño metido en un cuerpo de adulto (o este adulto con mentalidad de niño) no se caracterizaba por sus dotes artísticas. Nuestra tortuga habría hecho un papel más digno en ese programa. Eso sí, cariñoso sí que lo era. Se ha pasado la mayor parte de los programas abrazando gente. O estaba muy falto de cariño o en realidad era un teletubbie. No quisiera indagar mucho en el tema, pero el realizador del programa, de vez en cuando, ofrecía imágenes de los familiares de los concursantes durante la interpretación de los niños. De esta forma todos pudimos "conocer" a los padres de Unax y, a juzgar por la cara del padre, alegría, lo que se dice alegría no parece que hubiera mucha en su hogar. Quizá eso explique esa necesidad imperiosa de su vástago por abrazar.

Padres de Unax

Fran: El más pequeño de los participantes. Vamos, era tan pequeño que ni tan siquiera se le había formado la voz. Cada programa era una lucha encarnizada con Unax para disputarse el puesto de peor concursante. Su acompañante, Miki Nadal, no ha sido un salvavidas en sus actuaciones. No interpretaba canciones, las perpetraba. Cuando actuaba ese niño la sensación era como ver a Mari Carmen y sus muñecos, él el muñeco y Miki Nadal el ventrílocuo.


Julia: Sin duda, la repelente del grupo. No dudo de sus cualidades interpretativas, pero vaya tela lo marisabidilla que era la niña. Ha sido el único caso en el que su acompañante -muy malo como cantante, pero muy gracioso con sus comentarios- le ha servido para dar una mejor imagen. Estoy seguro de ello.



Nayra: No canta nada mal, pero ésta es la que os decía que sospechosamente siempre (salvo en una ocasión) le ha "tocado" imitar a una folclórica o similar. Llegó a la final (por méritos propios, no digo que no) y se forzó un poco que ésta fuera más reñida. Su acompañante era una tal Ana Simón (no preguntéis quién es porque no tengo ni idea, ni ganas de buscar en Google)


Si os parece, dejamos ya a los concursantes y pasamos a hablar -aunque sea un poco- de los miembros del jurado del programa. Tres eran los componentes del mismo:

Ángel Llàcer: Besucón, chillón e histriónico a partes iguales. Desconozco (y casi dudo) cuáles son sus méritos para formar parte de un jurado musical, pero lo cierto es que allí estaba, dando la nota (ahí va, ni a propósito) en cada programa, intentando destacar en cada una de sus intervenciones y concediendo puntos según su peculiar criterio, no siempre coincidente con el de la mayoría de los espectadores o ni tan siquiera con el resto de miembros del jurado.

Este tipo también se encargaba de ayudar a los niños en la imitación del cantante que les había tocado en lo que respecta a la puesta en escena. Supongo que será un actor de reconocido prestigio o, como mínimo, un experto en la materia.




Carlos Latre: Hay que reconocer que es un gran imitador de todos sus personajes y además un tipo simpático. De música, interpretación y/o puesta en escena no parece dominar mucho, pero ... ¡qué más da!, ¿es eso importante o incluso necesario para formar parte de un jurado musical? Pues ya está.

Mónica Naranjo: La otrora cantante y ahora miembro de jurado solía poner esta cara cada vez que durante la actuación de alguno de los concursantes la enfocaban. No tenía el gusto de conocerla (salvo por una canción de hace unos años en la que gritaba mucho) y me ha parecido de lo más vulgar. Sus bromas -junto con el inefable Llàcer- muy fuera de lugar y más si tenemos en cuenta de que se trataba de un programa ¿infantil?, ¿de niños? ¿para niños? ... no sé.

Como os decía, el programa empezaba muy tarde y si a eso le añadimos que era en Antena 3 y el gusto que esta cadena televisiva siente por los anuncios (o lo bien que trata a los anunciantes) es fácil entender que acabara tardísimo. Los anuncios venían con nocturnidad (nunca mejor dicho) y alevosía. Cuando menos de lo esperabas, y siempre dentro del programa, aparecía el Llàcer para vendernos unas chocolatinas o un televisor de última generación. Otras veces, para no engañar al espectador (ejem), hacían pausas advirtiendo de la duración de éstas. Ya sabéis, empiezan diciendo que 1 minuto vuelven y cuando ya está acabando el programa, son las tantas, no tienes capacidad de reacción, las pausas son de 7 minutos.

Bueno, no quiero alargarme más. Solo deciros que ganó el concurso la sobrina de A., la mejor con diferencia. Desde hace años, en muchas reuniones familiares, canta algunas canciones (algunas propias, otras no) y, de verdad, lo hace muy bien. Os dejo una foto suya.

Abril

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Iremos a Londres

La vida sigue.

Finalmente, si Dios quiere, a finales de febrero y primeros de marzo iremos a Londres toda la familia. Me da vergüenza explicarlo, pero lo cierto es que aquellos billetes de avión tan baratos que encontré, no resultaron así. Aquella página web era poco clara (o yo muy inocente, que todo puede ser), pero lo cierto es que, para evitar sorpresas con el precio que marcaba, cliqué en la opción "Desglose" y allí me decía que el precio total era de unos 195 € aproximadamente. Cuando por fin nos decidimos a hacer la reserva, empecé a introducir los datos de los 8 pasajeros y cuál fue mi sorpresa al comprobar que, justo antes del último paso, el precio había subido hasta los 597 € (que no digo que no sea barato, pero que no son 195 €).

Como A. había contactado con una sobrina suya que trabaja en una agencia de viajes, nos encontró una opción que incluía billetes de ida y vuelta de avión, traslado del aeropuerto de Gatwick al hotel y del hotel al aeropuerto y 3 noches de hotel con desayuno incluido por 1.505 €. Creo que más barato (y más cómodo) es casi imposible encontrarlo, por lo que hemos dado nuestra conformidad y hecha ya la reserva, a la que ha habido que añadir algo más de 100 € para el seguro de cancelación.

El "problema" es que somos muchos y cualquier cosa se dispara. Por ejemplo, nuestra sobrina nos aconsejó contratar ese Seguro de cancelación, pues total "sólo son 13 euros y pico por persona". Y es verdad ... es verdad si nos fuéramos A. y yo solos, pero al ser tantos, ese "sólo" 13 euros por persona se convirtieron en 104 euros. Es como cuando los niños eran más pequeños y quedábamos con algunos amigos para dar un paseo, hacer una excursión o cualquier otro pequeño plan. Muchas veces -de muy buena fe- estos amigos nos proponían acabar el plan con un aperitivo o una merienda ... o un simple refresco. Lo que para ellos eran 3, a lo sumo 4, consumiciones (¡ahí va!, el ordenador me subraya la palabra "consumiciones", por lo que deduzco que, por muy utilizada que sea en el mundo de la hostelería, no es correcta) para nosotros eran 8.

Ya me estoy desviando del tema. Como al final hemos decidido ir (es nuestra última oportunidad -y única- de hacer un viaje toda la familia junta), aproveché una cena en familia para decirles a nuestros hijos que, tratándose de un viaje de toda la familia, sería bueno que todos colaboráramos. Se lo tomaron a bien y es muy probable que consigamos -¡de nuestros hijos!- algo más de 200 €.

Este fin de semana tengo preparada una sorpresa para JP. Espero que no lea esta entrada (hasta ahora no lo ha hecho nunca) y me chafe el plan. El domingo nos iremos a Sevilla a ver un partido del Sevilla FC y volveremos el lunes por la tarde. La idea es que por la mañana le digamos que nos vamos de excursión y cuando lleguemos al aeropuerto ya le contaré cualquier cosa hasta que vea que embarcamos y le tenga que contar toda la verdad. El padrino de JP ha colaborado con un regalo para su ahijado: se ha hecho cargo de las entradas al partido. Espero que el Sevilla le regale una victoria y no me haga como la última vez que hice este plan con Q, que perdió contra el Valladolid (1-2). Ya os contaré cómo va.

Y para acabar, os contaré un hecho real que me ocurrió ayer mismo. A., que estaba con fiebre, no fue a trabajar (intento hacer memoria, pero soy incapaz de recordar la última vez que no fue a trabajar), así que llevé yo a los niños al cole. Dejé a los mayores en la puerta de entrada y me llevé a S. hasta su cole (aunque sea el mismo cole, las instalaciones no son las mismas, están a cierta distancia). Cuando llegué, aparqué el coche y me bajé dispuesto a acompañarlo hasta su clase. En ese momento, un niño de su clase le saludó. "Hola S." y S. contestó "Hola B." Y ahí se produjo el hecho excepcional para unos, no tanto para mí. Este niño le dijo a S. "Hoy vienes con tu hermano, eh" Pensé que no lo había oído bien, cuando S. le dice "No, es mi padre" y el niño insiste, "No, es tu hermano". A punto estuve de intervenir y sacarle de dudas diciéndole "Su hermano mayor, eso sí" Entré llorando de emoción en el cole. Gracias B., nunca olvidaré esto.

Por la noche, durante la cena, conté lo sucedido y todos mis hijos (y A.) se rieron. Creo que les corroe la envidia de tener un padre (y marido) tan bien conservado.

lunes, 24 de noviembre de 2014

En el adiós de un compañero

El jueves pasado me llamó un compañero de promoción del colegio. Cuando vi su nombre en el móvil me sorprendió, pero tampoco mucho, pues al ser Procurador de los Tribunales, y haberle encargado algún asunto, pensé que se trataría de un tema profesional.

- ¿Ya sabes por qué te llamo, no?

- Pues no, la verdad es que no

- Ha muerto Q. (y el apellido)

- (...) ¿Qué? ¿Qué me dices?

- Sí, ayer noche

- Pero ¿qué ha pasado?. ¿Un accidente?, ¿estaba enfermo?

- No, me han dicho que estaba atravesando una fuerte depresión y ... a buen entendedor, pocas palabras faltan.

(...)

Me quedé helado y me despedí de mi compañero que colgó entre sollozos.

El sábado por la mañana acudí a uno de los tanatorios de Barcelona para despedirme de él, asistiendo a una Misa que se celebró por su alma. 

El oratorio estaba abarrotado y entre los asistentes muchos de sus compañeros de promoción, que acudimos a pesar de que ya hace 28 años que acabamos el colegio. La ceremonia fue preciosa. Allí estaba su familia: su mujer, sus tres hijos, su madre, sus hermanos y muchos de los muchos amigos que tenía. El sacerdote dirigió unas palabras muy bonitas a los que nos reunimos allí y recordó una anécdota de Q. que resumía un poco su forma de ser. Relató cómo en una ocasión se saltó todas las medidas de seguridad que rodeaban al entonces Papa (San Juan Pablo II) y subió al "papamóvil" y se abrazó a él. Una foto de ese momento daba fe de aquello. Recuerdo cómo aquella foto estuvo unos días colgada en uno de los tablones del pasillo de  nuestro pabellón y cómo nos contaba una y otra vez esa gesta. Ahora -estoy seguro- San Juan Pablo II le habrá vuelto a abrazar para presentarlo ante Dios.

Sus dos hijas mayores dirigieron unas palabras a los que allí nos reunimos recordando algún aspecto de la figura de su padre. Después, su viuda, cogió al micrófono y muy entera nos contó algunas cosas de Q. Nos dijo que siempre le decía que él se moriría antes que ella y que cuando lo hiciera, había dejado todo dispuesto en una carpeta verde que estaba en no sé qué mueble. Cada año le decía que ya había actualizado la famosa carpeta. Cuando él murió, N., su mujer, ni se acordó de la carpeta, pero al cabo de dos días, uno de sus cuñados le dijo que debía abrirla. Así lo hizo y encontró una carta que nos leyó. Alguna de sus frases eran:

"N. eres, junto con nuestros hijos, lo mejor que me ha pasado en mi vida", "A mis amigos, os pido que recéis por mí, que recéis mucho por mí", "Pido perdón a todos a los que, sin intención alguna, he podido molestar" ...

No éramos amigos íntimos. Él iba a otra clase (y eso, en mi colegio, marcaba mucho), pero en BUP ya coincidimos mucho más. Antes, al acabar 6º de EGB, coincidimos en unas colonias de un mes para aprender inglés. Lo pasamos genial. Los dos estudiamos Letras (él también era abogado) y en COU era uno de los siete alumnos que cursamos Latín, por lo que tuvimos mucho más trato.

Llevo unos días que no me lo quito de la cabeza y recuerdo muchos de los momentos que vivimos juntos y de las veces que, tras acabar el colegio, nos vimos. Era un tipo excepcional, con un carisma especial que hacía que todo el mundo le quisiera. No recuerdo -y no son palabras huecas- que cayera mal a nadie, ni que nadie le cayera mal.

DEP Q.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Pablo Iglesias

Llevo tiempo odiando observando a este personaje y, aunque tenía ganas de dedicarle una entrada, no lo hacía para no darle una publicidad que -a mi entender- no merece. ¿Publicidad? ¡Pero si todo él y el movimiento-partido político al que representa es fruto de la publicidad! ¿Cómo es posible que casi todas las televisiones le dediquen el tiempo que le dedican? Y de entre éstas destacan Cuatro y La Sexta. Le dedican tanto tiempo y programas que he llegado a pensar que está en plantilla.

Ops, perdón, me he equivocado
La primera vez que vi a este tipo era como tertuliano en un programa de televisión. Me hizo gracia su nombre pensando que sería un descendiente del fundador del Partido Socialista (ahora veo que, comparándolos, hace que aquél sea un santo varón). No me llamó especialmente la atención (salvo su coleta y puedo prometer y prometo que no hay ni un atisbo de envidia) ni en sus formas y, menos aún, en el fondo. Convencido de que sería un personaje efímero, cuál fue mi sorpresa al comprobar que seguía siendo invitado a esas tertulias de todólogos (los que hablan "saben" de todo) y que simultaneaba sus apariciones, no ya en una sola cadena, sino que eran varias las que se lo rifaban.

Es el de la izquierda
He tenido la suerte (y espero que dure) de no haber vivido bajo un régimen populista, pero como esto siga así, por desgracia tendré que cambiar el tiempo verbal y cuando repita esa frase, deberé hacerlo en pasado. No entiendo cómo hay gente (parece que mucha) no se da cuenta de lo que pretende este individuo, pero todavía entiendo menos cómo esas cadenas de televisión (privadas ellas) le dan cancha cuando una de sus frases favoritas es aquella de que "la existencia de televisiones privadas es un atentado contra la libertad de expresión por lo que no deberían existir".

Como seguían invitándole sin parar y ya no daba abasto, empezó a delegar funciones en otros integrantes de Podemos. Ahí es donde aparece el ínclito Juan Carlos Monedero, ideólogo según parece, de todo este tinglado. Si peligroso me parecía Pablo Iglesias, un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando empecé a oír a éste. Si Rasputín levantara la cabeza ...

Empecé a entender algo (a encontrar una lógica, no a justificarlo) cuando me enteré que ha sido asesor del "gobierno" de Chávez en Venezuela (ahora lo es de Maduro) y de otros países que no destacan precisamente por ser un modelo de libertad y desarrollo, como Bolivia. ¡Y lo peor es que se enorgullece de ello! Y lo que parecía una broma, ya pasa de castaño oscuro. Las encuestas le dan incluso posibilidades de gobernar España. Bueno, ya está de eurodiputado en Bruselas (¿es casta?)

Como casi todo en la vida tiene un lado positivo: Ahora está en el punto de mira y la gente quiere saber qué hay detrás de todo esto, si solo es un experimento publicitario o realmente tiene alguna (ladina) intención. Así, ayer fue invitado a La Secta Sexta y la periodista Ana Pastor le dio un repaso en el programa El Objetivo. Nunca había visto a Pablo Iglesias incapaz de contestar a la mayoría de las preguntas que le formulaban y cuando lo hacía, se encontraba con una auténtica pared que le decía "No me ha contestado a la pregunta" o "No se vaya por las ramas y contésteme, por favor". Otras veces tiraba de hemeroteca y quedaba en evidencia con temas como Venezuela, ETA, renta básica, desahucios y bancos  ... 

Independientemente de sus peculiares ideas, solo me gustaría saber que me dijera de dónde piensa sacar el dinero para cumplir sus promesas.

Aunque la crítica la dirija contra este personaje y su partido, no quiero exculpar a nuestros actuales gobernantes (y los anteriores) por la gran culpa que tienen en la aparición de este (y otros) movimientos.

Como esto siga así, además de tener al sectario Jesús Cintora (el presentador de Las Mañanas de Cuatro) como próximo Jefe de Prensa de Pablo Iglesias, podremos ver a Sor Lucía Caram (estoy convencido de que ni es monja y empiezo a dudar que sea una mujer)de ministra de Asuntos Sociales.

Nunca mejor dicho, Dios nos coja confesados.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La hucha de México

Tenemos Teníamos en casa una hucha (alcancía) a la que bautizamos con el nombre de "Hucha de México". Y se llamaba así porque hace unos años vinieron a vernos unos amigos que viven en México y nos dijeron que nos invitaban a su país. Aunque les comentamos que sería muy complicado poder viajar todos a ese precioso país, insistieron con el argumento de que una vez allí teníamos todos los gastos pagados (como si pagar 8 billetes de avión a México estuviera al alcance de nuestro bolsillo). No nos quedó otra alternativa que intentarlo. A tal efecto, A. compró una hucha -nada de cerditos de barro-, una lata en la que iríamos metiendo (todos) algún dinero para intentar conseguir ese (inalcanzable) objetivo.

Así era la hucha

El tiempo fue pasando y la hucha ahí seguía. Es cierto que en un principio echábamos algo de dinero, pero desde hace un tiempo ... Vamos, yo mismo no echaba ni una moneda desde tiempo inmemorial. Es más, en más de una ocasión he estado tentado de llevarme la hucha, esconderla y cuando ya nadie se acordara de ella, abrirla y quedarme con su contenido. Reconozco que también he observado -como quien no quiere la cosa- los dedos de los niños por si descubría heridas fruto de un (desesperado) intento de robo.

La semana pasada, mientras cenábamos -así, de golpe-, A. decidió que llevábamos demasiado tiempo con esa hucha, que el objetivo era del todo imposible y que el tiempo iba pasando, los niños se hacían mayores y cada vez resultaría más complicado hacer un viaje toda la familia. "¡Abrimos la hucha de México!", gritó.

En vano resultaron todos mis intentos para convencerla de que, como su nombre indicaba, el dinero de esa hucha era para ir a México. Mandó a uno de nuestros hijos a buscarla y cuando la trajo allí esperaba ella con una abrelatas en la mano. La abrió y empezó a contar dinero. Había algunos billetes de 100 €, alguno más de 50 € y monedas de todo tipo (muchas de níquel y no pocas pesetas). Se me ocurrió -como broma- acusar a uno de mis hijos de haber sustraído alguna moneda de la hucha y allí, delante de todos, confesó su crimen (me parece que a partir de ahora me dedicaré a la actividad detectivesca). Cuando A. acabó de contar resultó que en la hucha había algo más de 1.800 €. No es que sea un gran capital (a mí sí me lo parece), pero lo suficiente para hacer ese viaje que tanto desea A.

A partir de aquí, la gran pregunta: ¿Y a dónde vamos?

Se me ocurrió insinuar a los niños que podíamos coger la furgoneta y darnos una vuelta por algunos lugares de España. Me miraron con cara de asco (o pena) y pasaron de contestarme. Estaba claro que ellos quieren (pretenden) ir algo más lejos. Y yo que quería ir a Jaén a desvirtualizar a alguien o a Madrid o a Sevilla o a Galicia, Santander .... Papá, ya hemos estado en Madrid y Sevilla, así que nada de eso.

Parece que existe cierta unanimidad en ir a Londres. Es cierto que para hacerme una idea he empezado a mirar por internet lo que podría costar el viaje y la estancia y, además de ir cambiando los precios, he conseguido averiguar los siguientes datos:

- Los billetes de avión (ida y vuelta) de los 8 podrían estar alrededor de los 240 € (hace unos días nos salían por 189 €). Lógicamente volando en compañías low cost.

- En Londres hay 5 aeropuertos y he visto que en Gatwick el traslado del aeropuerto a la ciudad (ida y vuelta) cuesta 276 € en tren y algo más de 150 € en autobús (¡con una duración de 90'!). Creerán que queremos comprar el tren cuando solo queremos usarlo. No deja de ser curioso que sea más barato el trayecto Barcelona-Londres en avión que el del aeropuerto a la ciudad, ya sea en tren o en autobús.

- Una vez en Londres, en lugar de buscar un hotel (que son más caros e implica que todas las comidas sean fuera), hemos buscado apartamentos de uso turístico (con capacidad para 8 personas, que no es moco de pavo). Hemos visto alguno a partir de 560 € (muy,. pero que muy sencillitos).

Pues eso, que en esas estamos.

Por cierto, se admiten todo tipo de comentarios y/o sugerencias sobre este destino o cualquier otro que entre dentro de ese (limitado) presupuesto. Muchas gracias de antemano.