viernes, 24 de abril de 2015

Me han regalado un libro


A estas alturas creo que todos sabéis ya que el día de San Jorge (la Diada de Sant Jordi) es conocido también como el Día del Libro y como tal, es costumbre regalar un libro o entregar el Premio Cervantes, que este año a ido a parar al sin par (gracias a Dios) Juan Goytisolo.

Bueno, por aquí, nosotros les regalamos a ellas una rosa y ellas un libro. Compré una rosa para mi hija Ma. y, atendiendo a la petición hecha por A., a ella le regalé tres tiestos con sendos rosales de pitiminí (si alguien conoce una palabra que encarne con mayor precisión la cursilería que, por favor, me lo haga saber). A., por su parte, me ha regalado un libro del que solo sé que se titula "Los inocentes", que lo ha escrito un tal David Baldacci y que tiene 480 páginas. Ayer, leí las primeras 10 líneas (tengo a Mi. de testigo) en voz alta y se me quedó una frase que describe el hostal en el que se aloja el que, imagino, será el protagonista al llegar a Edimburgo "Se sentó en la cama que con su peso crujió y se hundió unos centímetros". Creo que es una manera de describir el (bajo) novel del hostal porque explica que si se hubiera hospedado en el Balmoral eso no le habría pasado. A pesar de lo interesante que estaba la novela, fui capaz de dejarla en ese punto ... y ahora cuento las horas para proseguir leyendo.


Ya os conté en una ocasión que la lectura no es muy fuerte. Tampoco es algo de lo que esté orgulloso. Sin embargo, en Twitter me sigue (y yo a ellos) un Club de Lectura. A ver, ¿cuántos de los que me leéis o pasáis por aquí 'pertenece' a un Club de Lectura, eh?.

Pues nada, que me leeré el libro y vete a saber si mi vida da un vuelco radical. Estoy convencido de que habrá un antes y un después, que como suele decirse, este regalo significará un punto de inflexión en mi vida ... (ejem, estoooo, Paterfamilias, no es la primera vez que te regalan un libro y ... y ... tampoco pasó nada en anteriores ocasiones) ... estoy seguro. Ya me veo dentro de unos años escribiendo novelas y, vete a saber, recogiendo algunos premios, no sé, un Cervantes o un Nobel de Literatura, por ejemplo. Si me lo dan, os aseguro que en mi discurso de agradecimiento (me han dicho que en estos casos suele agradecerse el premio aunque hayas declarado en numerosas ocasiones que si te lo dan no lo piensas aceptar) os citaré a cada uno de vosotros, de mis más fieles seguidores. ¡Oyes, tú!, que me han dicho que también hay que ir bien vestido. Pues tampoco creo que sea un problema, mientras no vaya con chilaba (Ay!, Goytisolo, que dijiste que la llevarías para recoger el Premio y al final te presentaste con un traje muy feo).

Creo que me voy a preparar el discurso de la recogida del premio ... y de paso me leeré el libro.

martes, 21 de abril de 2015

Cumpleaños

Pues sí, hoy es mi cumpleaños. Antes de escribir esta entrada, se me ha ocurrido buscar entradas anteriores dedicadas a esta efeméride para no repetirme y ... ¡vaya si me repito!. Ya os informé de mi 43 y de mi 44 cumpleaños. Por tanto, si intentara disimular la edad me pillaríais enseguida, lo mejor será decirlo y ya está. Cumplo 47 años. Sí, lo sé, no los aparento, pero los tengo.

Ya sé que si viviera en la Prehistoria (además de no tener blog) seguramente estaría ya muerto o, en caso de que un mamut no me hubiera aplastado, sería el viejo de la tribu y varios de mis biznietos corretearían a mi alrededor. También soy consciente de que no hace falta irse tan lejos, que en épocas "más recientes" a esta edad estaría contando los días que me quedan en este mundo. Basta ya, nací en 1968 y aquí estoy en plenas facultades (o eso creo yo) disfrutando de la vida.

Ya sé que 47 no es un número redondo, que no se hacen fiestas sorpresa para celebrarlos, que no aporta nada nuevo a tu curriculum y que la Tierra ha completado una vuelta alrededor del Sol desde mi anterior cumpleaños, pero eso no quita que sea un día especial, simplemente por eso, porque es mi cumpleaños.

Me he levantado como cada mañana, a las 06:30 h (ya no hago eso de las 06:35 para no dar la sensación de ser tan temprano ... ¿será la edad?) y A. ha sido la primera en felicitarme. Bueno, ha sido la primera en felicitarme cuando tocaba, porque ayer, mi amigo J. me envió un whatsapp felicitándome. Se lo agradecí mucho y le dije que había sido el primero. Después, tras explicarle por qué había sido el primero, me contestó con un "Siempre he sido un adelantado". Muy grande. Aunque para primeros, mi Colegio de Abogados que, el 1 de abril me envió un mail diciendo "Este mes es tu cumpleaños, así que en la Biblioteca podrás disfrutar de una oferta de ..." Así, cuidando a los colegiados dispensándoles un trato de lo más personalizado ...

Teníamos desayuno especial. Estábamos todos y nos hemos zampado unos donuts para celebrarlo. Mi. me ha regalado una corbata negra, que además de usarla en funerales, servirá (y ésa era su intención) para asistir a vistas en el Juzgado. Sí, lo sé, soy un clásico. Soy de los pocos abogados que cuando tiene una vista va con camisa blanca y corbata negra, lo cual tiene más mérito teniendo en cuenta que hay "compañeros" que ni siquiera se ponen corbata. A. me ha regalado una cartera-billetera (que nunca llenaré ... de billetes) que ... ya me llegará. Supongo que algún dron debe estar sobrevolando el espacio aéreo con mi regalo. Ah, además este fin de semana haremos una mini-escapada los dos solos. Digo "mini" porque el sábado por la mañana tenemos la fiesta de graduación de P., que este año acaba el cole y, una vez finalizada, nos largamos hasta el día siguiente, que es cuando unos insensatos amigos nos devolverán a JP y S. después de tenerlos en su casa desde el viernes a la salida del colegio. Qué majos son.

Después de desayunar he consultado desde el móvil el correo electrónico y ahí estaban mi Banco y alguna de esas páginas en las que te diste de alta hace siglos y que nunca usas, enviándome mensajes de felicitación. A partir de ahí ha empezado el chorreo de whatsapps, tanto particulares, como de grupos (ya sabéis, el de familia, el de la Play, el de política ...), felicitándome. No sabéis la ilusión que me hace. Hasta en Twitter he recibido felicitaciones espontáneas. Ahí estaban acordándose de mí El niño desgraciaíto y Annie HallBichejoMatt, Phaskyy (y alguno otro que vendrá)

He llegado al despacho, recibiendo alguna llamada telefónica y cuando he abierto la cuenta de correo de este blog, Google me había preparado un doodle felicitándome. 

A mediodía comeré con un amigo, merendaremos en familia y con mis amigos ingenierocomehuevosdehormigahembra y Tx. cenaremos porque tenemos mucho que celebrar (solo os diré que lo de menos es que sea mi cumpleaños).

martes, 7 de abril de 2015

Parece que me paso el día pintando

Parece mentira cómo pasa el tiempo. Solo tengo que ver mi último post publicado y darme cuenta de que ha pasado casi un mes. Es cierto que el viaje a Londres nos dejó agotados, pero no tanto. La excusa para no haber vuelto a escribir es ... ¡ninguna!

El domingo pasado volvimos a casa tras pasar la Semana Santa fuera, en aquel pueblo muy muy al sur de nuestra Comunidad Autónoma. Tan al sur que es el último de la región, el siguiente ya pertenece a la Comunidad Valenciana.

Esta vez me daba una pereza infinita irnos allí. Unos días antes pinté nuestro dormitorio, que pedía a gritos una manita (no sé por qué se dice eso de "una manita" porque siempre hay que dar dos capas) de pintura. Era la única habitación de la casa con la que A. tenía claro que había que repetir el color empleado (roquefort), pero que al final se convirtió en un azul ... ¿cómo llamarlo?, no sé. 


Éste es el color, llamadle como queráis

Esta vez era la referencia 9551 de la marca de pinturas que compramos. Antes de pintar procedí a limpiar con lejía unas manchas de moho que había bajo la ventana (todos los "expertos" coinciden en que hay que matar al bicho) y a dar 3 capas de pintura blanca antimoho. Tapé unas grietas de la pared con una masilla especial y otra que recorría el techo de lado a lado.

Como siempre digo, pintar -lo que se dice pintar- no es nada complicado y, si me apuras, hasta puede resultar divertido. Lo que resulta muy, pero que muy pesado, son los preparativos: tapar grietas, retirar muebles y cortinas, poner cinta, quitar apliques, interruptores y enchufes, lijar lo anteriormente enmasillado ... Esta habitación, además, traía una sorpresa inesperada. Había zonas en las que, al pasar el rodillo, te llevabas media pared, vamos, que se descacarillaba como cuando una vieja muy maquillada sonríe. Eso obligaba a que usaras un pincel en algunas partes de la pared y techo.

Oye, ya que estamos, aprovecho para pintar el techo de nuestro cuarto de baño (¡qué gran invento las baldosas!, que evitan, entre otras cosas, pintar las paredes), tapando previamente unas grietas que había en alguno de los plafones que lo conforman.

- ¿Y si aprovechamos para cambiar ese zapatero que tenemos detrás de la puerta con esos cajones que nunca han ido bien?

- Buf, tienes razón, pero habría que ir a Ikea y ...

- No te preocupes, voy yo.

Y se fue ella sola, bueno acompañada de uno de los mayores para que le ayudara con el transporte. Eso sí, volvió con ese zapatero y un mueble archivador para ponerlo al lado del mueble del ordenador.

Nuevo zapatero

- Acabo de dar la primera capa y me he dado cuenta de que ... quizá me falte un poco de pintura ...

- Voy yo a buscarla.

La verdad es que con una mujer así todo es más fácil.

Hago un inciso en el relato para pedir encarecidamente a mis seguidores si conocen algún sistema para calcular bien los "kilos" (¿por qué kilos y no litros?) de pintura necesarios para una u otra habitación. Siempre que me quedo corto. Espero con ansia vuestros comentarios.

Cuando acabé de pintar aún quedaba mucho trabajo por hacer. Además de volver a poner los muebles en su sitio (lógico, pero no sabéis lo que costaba arrastrar esos armarios), se aprovecha para hacer limpieza y al día siguiente para (re)ordenar la habitación.

El susto me lo llevé anoche cuando A. me enseñó una tela que le trajo de la India una hermana suya y me preguntó si quedaba bien como camino de mesa en el comedor. No debí poner muy buena cara cuando me contestó con un "Ya, con este color azulado quizá no quede muy bien aquí ... ¿y en nuestro cuarto?" La respuesta fue un rapidísimo "" no fuera que se le pasara por la cabeza hacerme pintar de azul el comedor para poner esa tela.

Pues eso, estos días han servido, además de para otras muchas cosas, para el descanso físico


Así se ve cerca de la ventana, con más luz natural