miércoles, 11 de noviembre de 2015

Wallapop

Este fin de semana nos hemos ido con D. y J. y Je y M. a una casa rural de la provincia de Girona, una población de la Cataluña profunda, ya sabéis, alejada de Barcelona, con pocos habitantes, con su niebla y sus estelades colgadas de los balcones. Donde viven los que con sus votos (gracias a nuestra ley electoral, los suyos valen mucho más que los de cualquier habitante de una gran urbe) han conseguido una sociedad totalmente dividida. Pues eso, que nos hemos ido a descansar ... ¿qué?, ¿que no lo he dicho? ... Ah, sí, nos hemos ido sin niños.

Pero la entrada no va de eso y el párrafo anterior no era más que una introducción, porque D (el irlandés) aprovechó su estancia para acercarse a una población lejana cercana (cercana a la frontera francesa) para recoger las piezas que le faltaban a una moto que se compró hace poco. Había quedado allí con un tipo con el que previamente había contactado a través de Wallapop. Ya, pero ¿qué es Wallapop?

Wallapop es una aplicación de compra y venta de todo tipo de artículos (la mayoría de segunda mano) que tiene la ventaja de contar con geolocalizador. Es decir, una vez te das de alta (es muy sencillo) te pide tu localización y cuando encuentra el producto que buscas, lo ordena de más cerca a más lejos. Es cierto, está muy bien, pero lo que nadie dice es que puede crear adicción.

La primera vez que oí hablar de esta aplicación fue a través de R., uno de los psicópatas con los que quedo para jugar a la PlayStation. El tío se compró unos sofás la mar de chulos. Buscó en esa aplicación, encontró a una pareja de su misma población que vendía dos sofás, se fue a verlos, comprobó que estaban en buen estado, los pagó y se los llevó para casa. Creo que lo ha usado en más ocasiones, no solo para comprar, sino también para vender.

Pero bueno, el que se ha vuelto forofo de esta aplicación es D. El tío ha comprado y vendido de todo. Con deciros que se ha comprado un monovolumen y ha vendido la furgoneta que tenía. Cuando tiene trastos por casa, esos que todo el mundo tira, pone un anuncio ahí y encuentra alguien que le ofrece algo por eso. No para de darle vueltas a la cabeza sobre su próxima compra o venta en Wallapop. Me reí mucho con una ocurrencia de A. cuando le preguntamos a D. dónde tenía las gafas que se había comprado el sábado en una farmacia de Girona y contestó que seguramente ya las había vendido en Wallapop.

La verdad es que si os dais un paseo por ahí podréis comprobar que se vende/compra todo lo imaginable ... y lo inimaginable. Hay apartados (Muebles, Electrónica, Moda y Accesorios, Coches y Motos, Deporte y Ocio, Casa y Hogar ...) que facilitan la búsqueda del producto.

He visto gente que vende una caja de un Samsung Galaxy S4 ... de verdad, no sé para qué o a quién le puede interesar una caja de cartón vacía que en su día sirvió para transportar un teléfono móvil, pero lo cierto es que se vende por 2 €. Otro vende cabezas de caballero dragón de Playmobil ... Como detecto caras de incredulidad, ahí va el documento gráfico: clica aquí

Y mientras en Wallapop puedes encontrar todo aquello que necesitas (o no), yo sigo dándole vueltas a ese plan B consistente en ganar espacio en casa ... humm, estoy pensando que quizá Wallapop pueda ayudarme ... ¿habrá algún anuncio de alguien intentando colocar un niño?

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Ropa de bebé y nuevo plan B

Bueno, pues ya está A. de baja. Es el primer embarazo en el que coge baja antes de dar a luz. Ya se sabe, a la séptima va la vencida. Hasta ahora, siempre había aguantado como una jabata hasta el último momento y así poder 'disfrutar' de esas 16 semanas de baja por maternidad. Esta vez, sin embargo, en el trabajo le han dicho que se cuide y que coja la baja. Todo un detalle, la verdad.

Aunque lo intentará, la baja no creo que sea una balsa de aceite. Hay que preparar cosas y, entre esas cosas, está la de conseguir espacio para la niña. El otro día nos fuimos a Ikea (¡dónde si no!) y compramos un armario que monté por la tarde y lo colocamos dentro de nuestro cuarto de baño, al lado de su mueble cambiador. No ha quedado del todo mal ... y más teniendo en cuenta que tendrá parte de su ropa en un cuarto de baño.

La lavadora ha aumentado su ya habitual ritmo frenético de funcionamiento con coladas extra de ropa de bebé. Es como lavar ropa de muñecas. Lo bueno es que, poco a poco, van desapareciendo esas bolsas de ropa que invadían nuestra habitación y cuarto de baño. Sin embargo, la felicidad es efímera, porque cuando conseguimos recuperar un pequeño espacio de nuestro hogar, enseguida vuelve a ser ocupado. Ayer, sin ir más lejos, vino A. con un cochecito que le han regalado. Sí, sí, es muy chulo y hay que agradecer este gesto, pero cuando vi lo que ocupaba ... De momento, lo ha llevado a casa de una hermana suya que tiene mucho espacio, pero sabemos que volverá. Como vendrá también una cuna,que habrá que montar y buscarle un espacio. Sí, ya sé, irá a los pies de la cama, así que ese banco que tenemos ahí tendrá que ir en otro sitio.

Mientras tanto yo no desfallezco en mi plan B, aquél que os contaba en la entrada anterior y que consistía en 'facilitar' que los hijos se vayan de casa. Este fin de semana próximo nos iremos con nuestros amigos D. y J. y Je. y M. a una casa rural. Es un plan que teníamos previsto desde hace mucho tiempo y que entre una cosa y otra no habíamos podido hacer. Pues bien, unos amigos nuestros se han ofrecido para quedarse con los dos pequeños, JP y S desde el sábado por la tarde hasta el domingo. Se me ha ocurrido que el domingo podríamos llamarles y decirles que nos va muy mal pasar a buscarlos, que si no les importa llevarlos al cole (sus hijos van al mismo cole que los nuestros) y ya, si eso, los recogemos allí. Como no creo que sepan que A. está de baja, el lunes por la tarde, poco antes de la recogida de los niños, podemos volver a llamarlos diciendo que nos resulta imposible recogerlos, que si no les importa los tengan esa semana con ellos y el fin de semana volvemos a hablar. Como son buena gente, no creo que pongan pegas. El fin de semana, como quien no quiere la cosa, no llamamos. Ellos, no se atreverán a llamar porque les dijimos que lo haríamos nosotros. Ya hemos ganado una semana más. Estoy seguro que así, a lo tonto a lo tonto, pueden pasar unos años y cuando por fin los vayamos a recoger, es muy posible que ya estén en la universidad, alguno de los mayores ya se haya ido de casa y volvamos a tener espacio para ello. Por si no os habíais dado cuenta, esta genialidad comporta además un considerable ahorro: imagino que ya que los tienen les darán de comer y los vestirán (¡qué menos!), mientras nosotros nos seguimos ocupando de los colegios. Creo que se lo voy a proponer a A.

Ah, y sigo pensando otros planes para el improbable caso de que éste falle.